El Multitasking la vía rápida hacia el estrés y la enfermedad.

Noveros, ejemplifiquemos lo que es el multitasking; visualicemos cuando estamos en la oficina, sentados frente a nuestras PC´s (computadoras) trabajando en unos cálculos con Excel. Mientras, cada 5 o 10 minutos, nuestro gestor de correo electrónico suelta un pitido que nos avisa de la llegada de un nuevo e-mail. Dejamos la hoja de cálculo y nos apresuramos a responder el mensaje, pues podría ser importante o tener alta prioridad. En tanto, un par de compañeros de trabajo sentados en oficinas adjuntas, nos disparan preguntas desde la ventana de chat de la red a la que estamos conectados. Suena el teléfono; es un cliente que necesita que lo pongamos al día con respecto a algunos precios. Por supuesto, lo atendemos usando las «manos libres» mientras continuamos digitando en la computadora. Entra el jefe y nos deja una serie de encargos sobre el escritorio, balbucea un par de instrucciones al respecto y se retira tan rápidamente como llegó. Acto seguido nos suena el celular, un mensaje de Whatsapp: Estamos en algún grupo y todos están hablando cosas, o simplemente alguien nos pregunta algo importante por ahí. Tan pronto como estamos leyendo el mensaje, entre una llamada…. Y así un sin número de situaciones familiares para nosotros y pues claro, creemos que podemos con todo a la perfección.
SEGUIMOS EMPECINADOS EN LA IDEA DEL MULTITSKING O MULTITAREA COMO UNA FORMA DE GANAR TIEMPO
A pesar de la imposibilidad real, científicamente demostrada, de prestar atención eficazmente a múltiples tareas al mismo tiempo, seguimos creyéndonos la idea de la multitarea como una forma de ganar tiempo y aumentar la productividad en el ámbito laboral y otros aspectos de la vida.
Lejos de poder realizar todo esto en paralelo, el cerebro aborda la lista de tareas en forma secuencial, es decir, tomándolas una por una. Esa es su esencia, su naturaleza biológica.
Para eso, necesita first focuscar la atención sobre una actividad, y luego «desengancharla» para pasar a la siguiente. Esto es lo que en neuropsicología se conoce como «capacidad de alternancia» e implica la posibilidad de conmutar la atención, lo que equivale a «saltar» de un estímulo a otro.
Para ello se requiere cierta flexibilidad mental que, para colmo de machos, se va deteriorando con el paso del tiempo, a medida que envejecemos, con lo cual se nos hace cada vez más difícil concentrarnos de manera sucesiva en actividades disímiles.
VIVIMOS SOÑANDO CON LA LLEGADA DEL FIN DE SEMANA Y LAS VACACIONES
La salud mental de la población se encuentra actualmente en jaque gracias a los niveles crecientes de estrés derivados del imperioso paradigma de la multitarea y la hiperconectividad .
Se supone que toda la tecnología actual está al servicio de la comunicación. Celulares, mensajería instantánea, correo electrónico y redes sociales deben, al menos en su concepción teórica, contribuir a estrechar el vínculo entre las personas. Sin embargo, lejos de sentirnos conectados con los demás, nos sentimos invadidos, vulnerados una y otra vez en nuestra intimidad, atrapados en un círculo vicioso de abuso permanente. Y lo peor de todo es que tampoco nos permite ahorrar tiempo, aunque sería deseable que así fuera.
La posibilidad de ahorrar tiempo ahora para disfrutar la vida después, ya sea con actividades relajantes o divertidas, es una ilusión, un espejismo de un oasis en medio del desierto, que nunca logramos alcanzar.
LA TECNOLOGÍA NO NOS ESTÁ SIMPLIFICANDO LA VIDA

«Puedes hacerlo», «debes ganártelo con el sudor de tu frente» y «hay que dejarlo todo en la cancha» son expresiones que nos tragamos desde la cuna y que ilustran los mandatos sociales que rigen nuestra vida y que nos hacen creer, erróneamente , que todo depende de nuestro esfuerzo y que somos los artífices absolutos de todo cuanto tenemos y somos.
Por este camino entonces resulta fácil pensar, muy erróneamente por cierto, que el fracaso es solo para quien lo merece, ya sea por viejo, débil o flojo.
No. El tiempo no es susceptible de ser ahorrado. Si así fuera, los bancos además de ofrecer cajas de ahorro en pesos y en moneda extranjera, es seguro que también ofrecerían cajas de ahorro en tiempo; así como esa película protagonizada por Justin Timberlake y Amanda Seyfried, llamada “In Time”.
La otra gran equivocación que promueve la idea del multitasking o la multitarea es la sensación de que todo cuanto es imprescindible o tiene el mismo grado de relevancia. Estamos perdiendo la capacidad para discriminar lo importante de lo que no lo es. Nos cuesta ordenar prioridades, todo lo vivimos como si fuera urgente o absolutamente necesario. Corremos de un lado para el otro bajo el hechizo de que todo es esencial, nada es prescindible ni delegable.
EL TIEMPO NO ES SUSCEPTIBLE DE SER AHORRADO
La sensación subjetiva de fatiga mental, de aturdimiento y embotamiento psíquico que muchas veces solemos experimentar al final del día, son los síntomas naturales de un sistema de atención y procesamiento de la información sobrecargado, al límite de su capacidad biológica.
Es posible hacer una analogía entre este tema y lo que ocurre cuando se llena el disco duro de la computadora, o se agotan las reservas disponibles de la memoria .. Llegado ese punto, es cuando todo se ralentiza, los programas comienzan a funcionar con una lentitud pasmosa, aparecen cada vez más seguido los errores de ejecución y las fallas de sistema, hasta que finalmente se vuelve literalmente imposible realizar cualquier tarea que no sea jugar al solitario; ya que ni Paint podremos abrir.
Nos ha pasado a todos, claro que quizás, nadie abre solitario en la pc, a estas alturas.
Recuerde, su sistema de atención es el software que corre sobre un hardware, su cerebro. El multitasking o multitareas no es ser eficiente, más bien, es entregarle menos del 30% a una tarea y eso se refleja en múltiples errores y baja calidad. Desistamos del absurdo de la multitarea. Y asi notaremos sustancialmente un aumento en calidad de vida e incluso, paradójicamente, aumenta la productividad.